Ya en la Antigüedad la utilización de las corrientes de agua de un
rio permitió sustituir la energía humana o animal en los molinos de
rueda. Los primeros molinos fueron de eje vertical, en cuyo extremo
inferior existía una serie de paletas sumergidas en la corriente de
agua; se utilizaron para moler grano. Estos molinos necesitaban un
curso de agua rápido, por lo que probablemente tuvieron su origen en
zonas montañosas.
El arquitecto romano Vitrubio propuso en el siglo I a.C.
un diseño con la rueda vertical y el eje horizontal (rueda de
cangilones o noria). Al principio, estas ruedas eran movidas desde
abajo, es decir, era la parte inferior de la rueda la que se
introducía en el agua; más tarde, se descubrió que era más eficaz
mover la rueda haciendo que la corriente incidiera por arriba.
Es curioso que el molino de Vitrubio no fuera utilizado en el
Imperio Romano hasta los siglos III y IV. Mientras se pudo disponer
de esclavos y de mano de obra barata no había estímulo para
emprender tal desembolso de capital. Es más, se dice que el
emperador Vespasiano se opuso a la utilización de la
energía hidráulica porque podía producir desempleo.
La energía hidráulica se utilizó posteriormente para accionar
sierras en las serrerías, martinetes para el trabajo del metal,
fuelles en las fundiciones, etc.
El molino de viento no es tan antiguo. Parece haberse originado en
Persia, en el siglo VII. Las aspas eran lonas como las de un barco
de vela (su giro podía controlarse recogiendo éstas más o menos) o
bien postigos de madera (cuya inclinación se podía variar para
recoger mejor la energía del viento). Este tipo de molino fue
utilizado para moler grano y, más tarde, también como sistema para
bombear agua.
Cuestiones
(a) De esta lectura se deduce fácilmente que una corriente de agua o de aire poseen energía. ¿A qué se debe esta energía? ¿Qué nombre recibe?
(b) Indica, a título de hipótesis, los factores de que depende la energía cinética de un cuerpo. Considera para ello el experimento de lanzar una piedra contra un bidón metálico en el que se produce una deformación, la cual es una consecuencia de la energía transferida, en forma de trabajo, de la piedra al bidón.